domingo, julio 08, 2012

60 y tres...

Después de la ausencia de contacto humano durante todo el día, del ayuno, de la ausencia de optimismo, de la pérdida total de las ganas de seguir viviendo, de pensar una y mil veces en lo que sigue, de rogarle al tiempo que pase más rápido, de recordar-extrañar y de llorar un rato como dicta el ritual; leerlo me hizo sonreír poquito.

Ojalá dejara de tener miedo y sólo hiciera las cosas, ojalá pudiera tomar decisiones sin que me preocuparan las consecuencias, ojalá hubiera hecho las cosas diferente, ojalá estuviera en otro lugar, ojalá tuviera a donde ir... Ojalá...

Antes siempre encontraba algo positivo dentro de todo lo negativo, ahora me pasa al revés. A veces me recuerdo y me extraño, sólo espero que después de todo esto pueda recuperar un poquito de lo bueno que había en mi.

En algún punto me perdí...pero no puedo volver sobre mis pasos para encontrarme, tengo que avanzar, después de todo, si era lo suficientemente fuerte, lo más seguro es que me encontraré adelante.












Creo que no hay más que hacer, tal vez no sea la decisión inteligente, pero puede que sea lo que me haga feliz, serán más sacrificios que recompensas, pero más vale calidad que cantidad. Y aunque no todo está dicho, la idea está ahí.

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