sábado, agosto 25, 2012

70 y dos...

Y está dicho, está decidido y el plazo está por cumplirse.

A partir de entonces, no habrá tiempo que perder. Ya no esperaré nada ni a nadie. No habrá tiempo de voltear a ver quién tropezó, mucho menos de esperar a que decida levantarse y seguir.
Estaré sola en esto, como era el plan inicial, no hay tiempo para más desilusiones, no hay tiempo para esperar refuerzos durante una crisis, simplemente no hay tiempo de esperar nada de nadie.
Llegó el momento de ser egoísta otra vez y no sacrificar lo que quiero por nadie, porque aunque digan lo contrario, nadie lo haría por mi.

Re-ordenar prioridades, apagar sentimientos, recuperar la cordura.




























Duele...y dolerá...pero debo comenzar a acostumbrarme a la soledad.

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