lunes, noviembre 01, 2010

Fue entonces cuando el miedo desapareció...

Y vas caminando hacia un encuentro que no sabes cómo iniciará o terminará y mientras avanzas te preguntas: ¿será qué es este mi camino?, ¿se habrá equivocado el destino? ¿Debo seguir adelante?
Y estás aterrada, sintiendo todo, mirando a todas partes, meditando...
Y te preguntas sí eres prudente, sí estás lista, sí es lo correcto, sí vas a poder. Escuchas opiniones positivas y tratas de creerlas y asimilarlas, de ponértelas para que esto no te quede tan enorme pero sabes en el fondo que de nada sirven las palabras, que no te dan seguridad, que no te quitan el miedo...
Sabes que la respuesta a todo está muy dentro de ti, sabes que es cuestión de confianza, de creer en ti misma, de esperanza, de pasión y esfuerzo constante...
Y tú sabes que lo que te detiene no es el miedo al fracaso es el pavor que todo salga bien, es que te aterra avanzar, descubrir qué sigue, es que el limbo es un lugar seguro, es que dar pasos a ciegas asusta, es que sientes ganas de reír y llorar a la vez, es que sientes el éxtasis invadiendo tu cuerpo y apoderándose de tus sentidos y no te queda más que intentarlo, hay que probar y pisar terreno nuevo y estar conscientes de la posibilidad del fracaso y si se va a fracasar que sea sabiendo que se ha dedicado el mayor esfuerzo a cada momento...

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