A veces, aunque sabemos que no es la persona indicada, a pesar de los intentos fallidos en el historial, aunque no sea lo correcto ni lo ideal, con todos los contras, a veces la persona de la que menos te lo esperas te da cierta seguridad, y se siente bien a pesar de todo.
Una vez más me repito: "NUNCA digas nunca".
Porque a veces una mirada o un roce familiar es todo lo que necesitas para volver a ser.
Al final de cuentas volví, a pesar de todo y de todos. Y ahora no me importa mucho lo que la gente tenga que decir.
Esta vez crecí, esta vez aprendí, esta vez vamos a jugar diferente.
Supongo que soy "hija de la mala vida", já!
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