sábado, junio 28, 2014

...aunque estemos destinados a no ser.

Y de pronto un día te levantas, te miras al espejo y te das cuenta de que es un buen día para ser tú.

Es un buen día para salir a la calle y mostrarle a la gente lo que en realidad eres, de demostrarle al mundo de qué estás hecho; es un buen día para hablar con alguien, para una cita, para un beso de buenos días, para una caminata, para tomar un café, para una larga charla, para un abrazo que empiece de tarde y termine de noche, para crear nuevos lazos y reforzar los antiguos; es un buen día para sentir, es el mejor día para vivir.

Es lo bonito de reencontrarse, descubres cualidades que habías olvidado que tenías, haces cosas que habías olvidado que te gustaban, ves gente que habías olvidado que querías.

En resumen, en lo que va del año, me asesinaron y volví a nacer; regresé a lo que conocía y recuperé a quienes me hacían feliz, volví al camino de quien me hacía sonreír sin necesidad de llorar después, volví con quien me acompaña y dejé de preocuparme por las despedidas; porque a veces es mejor tener la certeza de que es un beso de "hasta mañana" y no uno de "hasta algún día".

Probablemente esto no dure, porque seguramente estamos destinados a no ser, pero por ahora está bien; después de todo, lo que tenga que ser, será.






































Y no me arrepiento de nada, y sí, con gusto lo volvería a hacer.

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