martes, octubre 25, 2011

De finales felices...

que no existen...por lo menos nunca los ha habido para mi.

En algún momento creí en los cuentos de hadas, en los amores eternos, las bodas de ensueño y los finales felices...luego crecí, la gente a mi alrededor comenzó a fallarme, comenzaron a dejarme y los amores que creía eternos fueron desvaneciéndose con nada siquiera cercano a un final feliz.

Confieso que sí fui de las niñas que visualizaban bodas con vestidos de princesa y festejos de palacio...después de una serie de eventos desafortunados dejé de soñar...principalmente porque sigo pensando que no hay una persona lo suficientemente dañada mentalmente para querer pasar el resto de su vida conmigo...después de todo, a veces ni yo quiero estar conmigo...me di cuenta que no sé cómo ser buena compañía, a menudo me quedo sin nada inteligente que decir, simplemente no soy buena expresándome de manera interpersonal.

Luego vinieron las conversaciones de café con esas mujeres que me rodean y que tampoco consiguieron el final feliz que esperaban..."pues ni modo, todos son iguales", "me aguanto porque no quiero estar sola", "el mejor marido es el trabajo, prefiero quedarme sola", "pues sí anda con otra(s) pero me mantiene"...y estas son lágrimas de desilusión, miedo y decepción al recordar sus palabras...no quiero eso para mi, quiero creer que es posible tener una vida diferente, no quiero una vida donde tenga que fingir que no me duele que me mientan, no quiero tener que sonreírle a la gente cuando detrás de la puerta soy miserable, no quiero seguir sintiéndome sola en medio de la gente, no quiero esa vida vacía a la que aparentemente estoy predestinada.

Una parte de esa niña que soñaba no ha muerto, tiene miedo y llora bajito, pero aún quiere su final feliz, aunque en el fondo sabe que tal vez nunca lo tendrá...